Mayo y junio son los meses donde se concentran muchos eventos sociales como comuniones, bodas o graduaciones. Pero si ya de por sí son complicados y pueden resultar agotadores, en el caso de las personas autistas nos suponen un esfuerzo extra y, por consiguiente, un cansancio posterior mayor, que eso no quiere decir que no los disfrutemos.
El tener que interactuar con muchas personas, algunas que directamente ni conocemos ni nos conocen, el ruido de la música y las voces, el cambio de rutina y el estar en un lugar nuevo, los olores, las luces, la ropa algo más incómoda, la comida... Son ejemplos de las cosas que nos pueden llegar a saturar y agotar. Eso sí, cada uno somos diferentes y habrá cosas que a unos les moleste mucho y otros nada, que les sea más fácil lidiar con ellas o más difícil.
Y aun así, queremos hacer el esfuerzo y disfrutar de estos eventos. Por eso nos gustaría que también el resto de personas pusieran un poco de su parte, ayudándonos si lo necesitamos o haciendo pequeñas adaptaciones que no supongan un gran esfuerzo. Si no saben cómo hacerlo y tienen interés, pueden preguntarnos a nosotros o a nuestras personas cercanas. Algo pequeño puede marcar mucho la diferencia. No pido que estén todo el rato pendientes de nosotros o que se quiten de hacer cosas porque no podamos participar, no, sino de tener en cuenta a todas las personas y hacer un poco más inclusivos los eventos.
En el caso de una discapacidad física puede verse claro, como que haya rampas o ascensores para que personas en sillas de ruedas puedan acceder, o que haya comida sin gluten si hay algún invitado celiaco. En este tipo de situaciones hasta puede ofender que no existan adaptaciones así, ellos también merecen poder entrar sin problemas al lugar y comer como el resto. Y no son grandes sacrificios o quejas sin fundamento. Pues en el caso de las personas autistas es lo mismo.
Sobre todo, lo que más pedimos, es que nos respeten. Que nos dejen ser, que no nos fuercen, que no nos dejen de lado. Que no nos juzguen incluso si no entienden del todo las complicaciones que podamos tener. Y, por supuesto, no pasa nada si no sabes sobre autismo o todavía piensas en el estereotipo desactualizado y te das cuenta de que es muy diferente de la persona que tienes enfrente.
Lo mejor en este caso es no comentar nada, no cuestionar. Incluso si decimos que somos autistas, lo más recomendable es ahorrarse los comentarios capacitistas como: "No se te nota" "Qué valiente estando aquí" "Lo siento mucho" "Pues eres un chico normal como el resto" "Me encantan los autistas como tú" "Sois ángeles, nunca mentís"... Aunque se crea que van con toda la buena intención no es así en realidad, pueden molestar o herir. Mejor es no decir nada o preguntar qué hacer, de esta forma no se creará una situación desagradable para ambas partes.
Como he dicho, cada persona autista tiene sus propias necesidades, que pueden coincidir o no con las mías que utilizo de ejemplo:
- Preferiría saber de antemano cómo va a ser el evento: la hora a la que empieza y acaba, el lugar, lo que vaya a haber, la comida, cuántas personas y quiénes... Me ayuda a tener una sensación de control y a prepararme mejor.
- No me gusta mucho el contacto físico, sobre todo si es de alguien con el que no tengo confianza o si estoy desregulada.
- Tampoco me siento cómoda si invaden mi espacio personal.
- Los ruidos me molestan mucho y me cansan, tanto como si son fuertes como gritos o música alta, como si son continuos como un pitido o golpes.
- Por eso suelo llevar tapones o cascos de reducción de ruido. Si estoy con ellos prefiero que no me hablen mucho y, sobre todo, que no me toquen de repente para llamar mi atención y que les escuche.
- También preferiría que no me fuercen a hablar, es algo que me cuesta mucho si no conozco a la persona o tengo que alzar la voz por el ruido de fondo. Hay veces incluso que estoy sobreestimulada, que mi cerebro no puede más y entra en shutdown, y puede provocarme un mutismo donde hablar es demasiado esfuerzo.
- Por todo lo anterior, se entiende que entonces necesite de algún espacio libre de estímulos y gente donde poder descansar o, en su defecto, salir sola a la calle un rato.
- Y lo último, que sirve para todas las personas autistas, es que no me juzguen si hago algún movimiento raro o repetitivo, si estoy callada, si tengo cara seria o hay alimentos que no puedo comer.
Comentarios
Publicar un comentario