La caminata

En el instituto tuve que escribir varios microrrelatos y relatos cortos para clase de lengua. Fueron un poco una molestia, pero realmente me ayudaron a practicar mi escritura, así que no puedo quejarme. A mi yo adolescente le encantaba escribirlos, solo cuando tenía inspiración, y luego se alegraba al ver lo bien que parecía que le habían quedado. El problema era que luego no quería leerlos. Si era al azar, rezaba para que no me tocara. Si era voluntario, no me presentaba, por mucho que en el fondo me hubiera gustado leerlo y que se sorprendieran de lo bien que estaba, el nivel de clase no era precisamente alto.

Por eso he pensado en publicar los mejores en mi blog. He mejorado mucho en mi escritura desde entonces, pero me siguen gustando.

Este primer microrrelato lo escribí en segundo de la ESO, a partir de una frase inicial que nos dio el profesor.


La caminata

Todos conocemos a alguien que, frecuentemente, nos sorprende. Pero hoy, ese alguien ha ido mucho más lejos. Decía que conocía un atajo pero ya hemos visto que, o no se acordaba bien, o nos había mentido. Teníamos un mapa, pero al caer en sus manos, ha sido elevado y arrastrado por el viento hasta las copas de los árboles más altos, punto en el que le hemos perdido de vista. Él era el único que llevaba móvil. Sin batería. Ni siquiera teníamos una brújula o cualquier otro instrumento que nos ayudase. La zona donde nos encontramos es muy silenciosa, él único ruido que hay es el de nuestros pies al caminar. Parece que el tiempo se hubiera detenido en este lugar. Si al menos lleváramos reloj, sabría qué hora es. Aunque si hemos salido a las cinco, no pueden ser más de las siete de la tarde. Llevamos tanto tiempo andando que lo único que quiero hacer es llegar a casa y tumbarme en mi cama. Eso que se ve a lo lejos parece... ¡El pueblo! ¡Hemos llegado! Cada vez está más cerca, tanto que podemos ver a un montón de gente reunida. Parecen preocupados. Una de ellas se da la vuelta y nos señala. En un instante, todos los componentes de aquel grupo se giran y en ellos se ve reflejado una cara de alegría. Parecía que nos estaban buscando. Nos miramos y echamos a correr hacia ellos, dejando atrás el bosque.

Comentarios