Un microrrelato muy corto que se me ocurrió un día, un mal día más bien.
No llores
—No llores —le digo.
Él, frente a mí, me mira mientras las lágrimas resbalan sobre su cara. No me responde, ni tampoco se detiene. Alzo mi mano derecha hacia él y toco el frío espejo. Poco después, ambos caemos al suelo sin poder cumplirlo.
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