Taletober 2022 -S3

Esta es la tercera entrada que dedico a los microrrelatos que escribí en Twitter para la iniciativa de Taletober. La entrada anterior es Taletober S2.

Semana 3


Día 15. Galaxia

Cerré mis ojos e imaginé que flotaba en el espacio, cada vez más alejado de la galaxia. Allí la oscuridad era acogedora y el silencio absoluto muy agradable, ni mis pensamientos se atrevían a cortarlo. Tampoco había personas haciéndome daño. Pero el despertador sonó y me obligué a regresar a la Tierra.


Día 16. Gemelos

A veces ocurre que la casualidad te da a conocer a personas que cambian totalmente tu vida, aunque en ese momento no seas consciente de ello. Personas con las que conectas y que incluso pueden salvarte la vida a la vez que salvas las suyas. Personas a las que acabas queriendo demasiado, que las necesitas y ellas te necesitan a ti. Esto mismo me pasó con aquellos gemelos pelirrojos.


Día 17. Humo

El humo estaba en la mayoría de los edificios derruidos con lo que me crucé mientras recorría la ciudad. Las pocas personas que vi que podían caminar lo hacían en dirección contraria, alguna incluso me advirtió de que no continuara. Pero tenía que hacerlo, tenía que comprobarlo. Llegué a la que había sido mi calle y caí de rodillas ante los escombros de lo que había sido mi casa, mi vida.


Día 18. Lirio

Mi flor favorita siempre será el lirio de los valles. La que orgulloso me mostraste con una sonrisa aquel día. De momento no podemos vernos, pero cada vez que encuentro una te recuerdo y recuerdo el significado que me dijiste que tenía. Promesa de felicidad, amor eterno.


Día 19. Llanto

Desde que tengo memoria nadie acudía a mi llanto. Nadie me abrazaba con fuerza y cariño y me prometía que todo estaría bien, que no estaba sola. Hasta que tú lo hiciste aquel día que me rompí frente a ti. Desde el accidente, creo que es lo que más echo de menos de ti.


Día 20. Luciérnaga

Tus palabras de amor resonaron por todo el lago, pero sobre todo en mi corazón. Nunca esperé que sintieras lo mismo que yo. Me sonreíste, un gesto de luz en mitad de la noche. Y después tu cuerpo volvió a convertirse en miles de luciérnagas que volaron a mi alrededor antes de dispersarse como estrellas.


Día 21. Oliva

Escupió el hueso de la oliva sobre el plato de comida de ella y después se excusó en que había sido un accidente entre risas. No lo era, como tampoco los empujones en clase, como las zancadillas por los pasillos. Al fin logré armarme de valor y muy enfadada le tiré su sopa caliente sobre sus pantalones, aclarándole mientras gritaba que no había sido un accidente.

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