Cuarta entrada y última dedicada al reto de Twitter, aquí dejo la entrada anterior. En esta añado tres microrrelatos más que de otra forma quedarían sueltos, terminando el mes.
Semana 4
Día 22. Oro
Contemplé sus ojos del color del oro, reales frente a mí, los mismos que también me miraban con amor a través de los cristales de sus gafas. Me pellizqué, pero el dolor me confirmó que no era un sueño. De verdad aquel chico pelirrojo estaba conmigo, saludándome primero en coreano y luego en español con una sonrisa. Le contesté y orgulloso me dijo que al fin había sido capaz de romper la cuarta pared, literalmente.
Día 23. Pentagrama
El ruido del piano cuando golpeé las teclas con la mano abierta te asustó. Vi desaparecer la esperanza de tus ojos sustituida por el miedo. Te lo merecías, te merecías sentir el dolor que me provocaste con tu marcha. Cogí los papeles, pentagramas llenos de las notas de lo que era nuestra canción, rompiéndolos frente a ti. Y aun así, tú me seguías mirando con amor.
Día 24. Piano
Cada mañana camino de clase escuchaba una melodía de piano procedente de la casa de la colina. Siempre me detenía unos minutos, pero sin atreverme a entrar. Hasta que un día lo hice. Encontré a una niña sentada frente al instrumento que me sonrió y me invitó a su lado. Ahora, sin poder dejar de mover mis dedos, escucho a otro niño acercarse a la trampa.
Día 25. Ruina
Caminé por las ruinas del edificio como cada veinticinco de octubre. Era mi rutina, aunque allí no había nada a mí me relajaba. La soledad y el silencio me reconfortaban. Pero ese año escuché un ruido que me asustó. Con miedo me giré y encontré a una niña viva mirándome.
Día 26. Segundo
En un solo segundo pueden pasar muchas cosas. En un solo segundo tu vida puede cambiar totalmente. Una decisión irresponsable de alguien puede acabar con todos tus sueños. Como aquel compañero que decidió hacer un chiste sobre mí.
Día 27. Té
Dicen que tomar un té caliente rodeada de naturaleza, flores y pájaros cantando, te relaja y hace que olvides tus problemas. Pero lo que sí calma de verdad y hace desaparecer tus problemas es cortarlos de cabeza, literalmente.
Día 28. Vacío
Siempre sonriente, siempre amable, diciéndome mil palabras bonitas y que era toda su vida. Me prometió que me amaba ya desde la segunda semana. Me volvía a prometer que cambiaría y olvidara lo que nos había hecho discutir por enésima vez. Y yo le creí, hasta que un día entré a su corazón buscando el cariño y la empatía. Lo encontré vacío.
Día 29. Verde
Descubrió horrorizada que todo lo que había sido verde se había transformado en un paisaje gris. Los árboles centenarios bajo los que jugaba habían sido sustituidos por unos pocos jóvenes que parecían reírse de sus antecesores. El riachuelo donde se mojaba los pies, donde antes convivían insectos y pequeños animales, había sido canalizado. Y todo por un feo edificio todavía vacío.
Día 30. Vino
Cuando los investigadores llegaron a su casa se le encontraron cómodamente sentado en su sillón, tomando una copa de vino tinto. A sorbos contempló cómo eran incapaces de encontrar las pruebas que le acusaran de aquel asesinato. Se marcharon desilusionados y él sonrió antes de terminarse la copa de lo que no era vino.
Día 31. Visión
Podría haber perdido la visión, pero todavía tenía el resto de sus sentidos, algo que parecía no ser evidente para el resto de personas. Hasta que intentaron robarla. Con el tacto reconoció la mano. Con el olfato la colonia de su amigo. Con el gusto su brazo desnudo. Y con el oído su grito asustado.
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