Simple broma

El instituto fue una muy mala época para mí, donde todo empeoró. Este microrrelato, que escribí en 2018, un año después de que acabara el instituto, fue la primera vez que hablé de ello en un escrito. Lo envié a un concurso que por supuesto no gané. Sin embargo, para mí lo importante de él es el tema que traté y cómo me atreví a poner en palabras lo que había sentido en el instituto. La situación es inventada, aunque sí está relacionada con experiencias mías. Ya traté el tema del bullying con el microrrelato al que hipócritamente los profesores del centro dieron como ganador (¿Quién es el malo?), pero en este me centro más en mis recuerdos y sentimientos.


Simple broma

El bedel había llegado demasiado lejos. Esta vez su broma se había pasado de la raya. Los alumnos que se encontraban en el pasillo se rieron. Yo me encogí más en el lugar donde me había quedado parada. Miré el suelo deseando que me tragara mientras el color de mi cara iba aumentando. Él era conocido por sus bromas. Había adquirido cierta fama entre los estudiantes. Pero tenía un problema, no sabía tratar con estudiantes diferentes, sobre todo con aquellos que sin quererlo destacaban. No sabía distinguir entre la gente a la que le podía gastar bromas y a la que no. Yo pertenecía a ese segundo grupo. Quise hacer algo, gritarle, tirarle mi mochila, decirle que no era así por gusto… pero mis piernas no respondieron. Solo cuando el timbre sonó, tuve las fuerzas suficientes para correr a mi mesa y aguantar las lágrimas esperando al profesor.

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